La chica del tren

Cuando cogí este libro no sabía que era el fenómeno del momento, aunque con la estantería hasta arriba nada más entrar en la librería me lo tendría que haber imaginado… pero su portada me llamó muchísimo la atención y desde luego de haber sabido que era el fenómeno del momento me hubiese informado mejor.

Porque decir que no me gustó nada es quedarse corto. Es de esos libros con una portada genial y una sinopsis que llama mucho la atención pero que al final no cumplen con lo que prometía ese diseño espectacular. Creo que solo lo terminé porque era el último del maratón de libros y ya no me daba tiempo a cambiarlo por otro.

La protagonista es insufrible, es una alcohólica que se pasa el día borracha y sin distinguir la realidad de lo que no es real. Tiene una personalidad un tanto extraña que hace que le guste arriesgar su vida metiéndose no debe incluso cuando está sobria. Además la describen como lo más repulsivo del mundo, gorda, fea y con poca tendencia a lavarse el pelo. Todo esto porque su ex marido la dejó por otra mujer y decidió dejar de cuidarse y acabar por entregarse completamente a la bebida.

En su viaje diario en tren hacia Londres siempre para en un semáforo y decide inventar la vida de dos personas que observa a diario en una terraza, terraza que está en la misma calle donde ella tenía su casa cuando aún estaba casada y donde sigue viviendo su ex marido con la otra mujer. En su cabeza ellos son un matrimonio feliz y perfecto, que están viviendo la vida que ella no pudo tener.

Pero un día ella desaparece y por alguna razón que no contaré aquí ella se ve implicada en la desaparición y posterior asesinato de la chica.

Lo que tiene a su favor el libro es que me mantuvo engañada y sin saber quien era el asesino hasta prácticamente el final, cuando ya es inevitable descubrirlo. Y eso no todas las historias lo consiguen, en la mayoría de crímenes y asesinatos acabo descubriendo al culpable antes de la mitad del libro. Pero esta lo consiguió.

Aún así no me gustó porque su protagonista es desesperante, lo de que no pueda controlar su adicción al alcohol a pesar de que sabe que está tirando su vida por la borda, sus lagunas mentales y los momentos de locura transitoria me hacían querer tirar el libro contra la pared. Pero lo terminé… y volví a pensar que los fenómenos del momento no son de fiar.

Coleccionista de muñecas, fotógrafa, adicta a los musicales, a Londres, a crear blogs, a twitter y últimamente también adicta a youtube.

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