Hoy vuelvo con una de esas entradas que tiene potencial para convertirse en un vídeo pero que no voy a poder grabar hasta dentro de un par de semanas y que necesito dejar, al menos, por escrito.
Porque a veces cansa ser una mujer en un mundo de hombres, oh, que exagerada, diréis, porque eso de que exageramos es la respuesta inmediata a cualquier queja que hagamos sobre cualquier tema en el que nos hayamos sentido discriminadas. La exageración es la forma de desprestigiar a las mujeres y de quitar importancia a nuestros problemas. Echad la vista atrás chicas, pensad en la cantidad de veces que os han dicho que exageráis en cualquier tema y en como eso os ha hecho sentir.
Pues bien, hoy vengo a exagerar sobre las redes sociales, que ya sabemos que a las mujeres nos gusta mucho eso de exagerar (y hacernos las víctimas, me lo han recordado en los comentarios ¿¿cómo he podido olvidarme de lo mucho que nos hacemos las víctimas??).
Tengo en el canal unos cuantos vídeos sobre temas que a mí, como mujer, me afectan, no solo me afectan personalmente sino que son algo que creo que nos afecta a todas (otra cosa es que estemos o no estemos preparadas para verlo, pero os aseguro que cuando lo ves no puedes dejar de verlo).
Uno de esos vídeos es este sobre mansplaining, un vídeo en el que hablo sobre la cantidad de veces que, por el simple hecho de ser mujer, hay hombres (repito, hay hombres… aunque me parece absurdo tener que estar recalcando a todas horas el «no todos los hombres» y un insulto a la inteligencia) que asumen que sabes menos de ellos de cualquier tema ¿Qué eres astrofísico? qué importa… seguro que te encuentras a algún hombre dispuesto a explicarte la teoría de la relatividad.
Bien, pues ese vídeo se ha llenado en la última semana de una tropa de machotes ofendidos, que lo entiendo, a algunos les cuesta ver que si las mujeres damos un paso hacia delante eso no significa que todos los hombres tengan que dar un paso hacia atrás, pero evidentemente este tipo de hombre se siente atacado en su posición de superioridad frente a nosotras.
Así que los comentarios se han llenado de insultos, de intentos de desprestigio (no te lo vayas a tomar mal, que te lo estoy explicando correctamente, también te estoy diciendo que exageras y que el feminismo se os va de las manos, pero eso es otro tema…) y de una buena cantidad de negativos en el último mes. Lo asumo, sé que es un vídeo que va a atraer a ese tipo de comentaristas enfurecidos, aunque tampoco entiendo que su primer impulso sea insultar, pero se les bloquea y punto.
Lo que ya no me gusta tanto es que esto es algo que nos pasa a nosotras y no a ellos. Este mes hice un trabajo sobre machismo para una asignatura y no sabéis la cantidad de vídeos insultando a mujeres que hay en youtube. Insultando, directamente, en algunos de ellos incluso dicen que nos merecemos que nos den una paliza, literalmente. En otros se nos trata de manera condescendiente, como si tuviéramos tres años, para decir, de nuevo, que exageramos con esto del feminismo y que las feministas son unas gordas y feas resentidas que no han encontrado novio y que se ven forzadas a ser lesbianas, también literalmente…
¿Sabéis la cantidad de negativos que tienen esos vídeos en comparación con el número de positivos? Apenas el 1%, de 1500 likes había 10 o 15 dislikes ¿sabéis la cantidad de comentarios que encontré en esos vídeos diciendo a esos orangutanes que volvieran a la cueva? Ninguno… evidentemente no leí todos los comentarios porque me estaba poniendo enferma, porque en sus comentarios se nos seguía insultando y se nos decían cosas aún peores que las que decían algunos de los «creadores de contenido». Como que las mujeres solo servimos para el sexo y para mantener la casa limpia, todo esto, por supuesto, dicho de la forma más insultante posible.
En mi vídeo ahora mismo hay 255 likes y 55 dislikes, más del 20% de la puntuación total del vídeo es negativa. Pero dadle tiempo… que con tiempo los negativos superarán a los positivos, sino mirad este vídeo con el que también me tropecé.
El día que lo encontré tenía 405 likes en contra de 410 dislikes. Lo compartí por twitter para que intentásemos dar la vuelta a esa situación totalmente injusta y, por un momento, lo conseguimos, pero veo que hoy el marcador se ha dado la vuelta de nuevo hay 446 frente a 450. ¿Podéis ver el vídeo y decirme por qué esta chica merece tanto odio? No os invito a leer los comentarios porque los ha tenido que cerrar y la entiendo, porque tarde o temprano me voy a ver obligada a hacer lo mismo con el mío, si no lo he hecho ya es porque hay aportaciones interesantes en ellos y todas quedarán ocultas, pero levantarte cada mañana con un «eres una gorda, mereces morir» empieza a no ser agradable.
Y ya ni siquiera hay que irse a casos tan extremos en los que las mujeres hablamos de como nos trata estas sociedad machista en la que vivimos (nótese la ironía en eso de extremos), basta con pasar por cualquier canal de cualquier mujer y ver que siempre nuestra cantidad de negativos es mayor, que siempre puedes encontrar comentarios acosadores o insultantes por parte de hombres y, si no los encuentras, es porque la dueña del canal los borra (como es mi caso, aunque, a menos que el comentario sea ya insultante en exceso, lo suelo colgar por twitter).
¿Alguna vez os habéis entretenido en mirar los comentarios de Yuya? Una mujer con millones de suscriptores que, lógicamente, no puede controlar los comentarios que llegan a su canal y no puede borrar a todos esos que se dedican a decirle lo que le harían si la tuvieran acorralada en un callejón oscuro. Es puro y duro acoso lo de sus comentarios. Pero lo de los suyos y los de cualquier canal de una chica, solo hay que ser un poquito observador.
Coged dos canales con aproximadamente el mismo número de suscriptores y empezad a comparar cifras ¿qué canal recibe más dislikes? Siempre el de la mujer ¿qué canal recibe más comentarios de odio? Siempre el de la mujer ¿qué canal recibe más comentarios de acoso? Siempre el de la mujer. Y además los recibimos muy pronto, no hace falta tener un millón de suscriptores para que venga un baboso a tu canal a decirte lo guapa que eres y que le gustaría tener más contacto contigo, no hace falta. O para que traten de contactar contigo de cualquier forma posible: twitter, facebook, instagram, e-mail con la misma mierda. ¿Qué esperan? ¿Esperan de verdad que les digas «oh, si, toma mi teléfono, vamos a casarnos»? No, les basta con saber que te están incomodando, ese es siempre su objetivo último, porque eso les hace seguir en su posición de superioridad.
Pero algún motivo tiene que haber para que los rechaces, porque ¿cómo te atreves tú a rechazar su acoso si ni siquiera eres guapa y en realidad te están haciendo un favor? Eres una zorra desagradecida a la que nadie va a querer nunca, esas son siempre sus conclusiones. En su mundo no asimilan que eso es acoso, en su mundo acosar a alguien por internet, por la calle, cuando vas a comprar el pan… eso no existe, somos nosotras que, una vez más, exageramos ¡porque queremos que nos traten como personas!
Y todo esto de que las mujeres recibimos más odio en las redes sociales es algo que se ve y no hace falta ser una lumbrera para verlo, pero hace poco el periódico «The guardian» hizo un estudio sobre la calidad de los comentarios recibidos por sus periodistas en los últimos diez años y concluyó en lo que digo yo en esta entrada, que de los 10 periodistas que más odio recibían en sus artículos 8 eran mujeres y 2 negros (uno de ellos, además, gay). No hace falta hacer un estudio para ver eso, pero que lo hayan hecho creo que ya dice muchas cosas. Además los 10 periodistas que recibían menos comentarios de odio eran todos blancos y heterosexuales.
Y por supuesto no faltará el que diga que si reciben comentarios de odio será porque su trabajo no es tan bueno, porque no hay más ciego que el que no quiere ver, porque es mucho más fácil desprestigiar a una mujer que abrir los ojos a una realidad que, dentro de nuestra cueva, no nos va a gustar.
Yo recuerdo especialmente el caso de Sara Carbonero durante no sé si fue una eurocopa o el último mundial. Twitter se llenó con el hashtag «gracias sara» donde ridiculizaban todas y cada una de sus intervenciones, porque es periodista deportiva y además es guapa. La chica guapa tonta que está ahí solo por atraer público masculino y que no sabe lo que está diciendo. Importaba poco lo que dijera Sara, importaba muy poco que sus compañeros hombres estuvieran diciendo lo mismo, lo que importaba es que ella era mujer y había que ridiculizarla.
Hace apenas unos días leí en twitter que a las mujeres se nos exige la excelencia cuando el mundo (laboral) está lleno de hombres mediocres. Yo voy un poco más allá y creo que ni siquiera con la excelencia es suficiente, porque por muy buena que seas siempre habrá quien asegure que tu puesto te lo has ganado a base de rodilleras.
Además cuando te quejas de esto, de que se te exige el tripe y se te valora la mitad, o se te invisibiliza, se hace como que no se te escucha y después alguien se apropia de tus aportaciones, de nuevo estás exagerando y de nuevo no serás tan buena, no te las des de lo que no eres, que tu lugar está en la cocina.
Es que se nos va de las manos esto del feminismo…