Organizar redes sociales
La semana pasada tuve una muy mala experiencia que me hizo cambiar el vídeo que tenía pensado publicar el jueves por este, que en realidad tenía pensado ponerlo esta semana. Y es que sabéis que últimamente me cuesta mucho mantenerme al día en redes y desde agosto o septiembre no paraba de salirme un anuncio sobre un “kit de contenido” para instagram de Patricia Marra (a la que no conocía de nada hasta ahora y preferiría seguir sin conocerla). Al final, después de tanto insistir instagram con su publicidad terminé cayendo en noviembre porque ¿y si era verdad todo lo que vendía de que te iba a facilitar la vida y a quitarte la carga mental que supone a veces tener redes sociales? Que yo sospechaba que era todo una mentira muy gorda, porque los pocos perfiles que aparecen en su web de supuestas usuarias del kit son pequeños y algo cutres (claro, si hacen caso a esas “ideas” es normal ser cutre…). Gente que se nota que tiene poca o ninguna experiencia en instagram y que desconoce que la clave para ir creciendo en redes es la constancia, la organización y poder pagarte de vez en cuando promociones de publicaciones.
Pero claro, eso ella no lo dice, no dice que es un kit (cutre) en el que te entrega nada para cuentas muy, muy pequeñas y que tienen cero conocimientos de instagram y no se dan cuenta de que les están engañando. Ella lo vende como algo maravilloso y como que vas a recuperar tu tiempo libre porque ya te va a dar todo el trabajo hecho y no importa como sea tu perfil ni que tengas mucha experiencia en instagram.
Vamos, algo en lo que mientes como un bellaco para llevarte el gato al agua pero que al final estás vendiendo absolutamente nada, aire, humo… el kit de contenido es la definición gráfica perfecta de vender humo ¡y al módico precio de 49 euros! Cuando lo abrí y vi la tabla de planificación mensual que literamente es una tabla de excel con siete columnas en la que pone “pilar 1”, “pilar 2” en las celdas que van de lunes a viernes (ya poner pilares los sábados y domingos es demasiado trabajo), me empecé a enfadar, y mucho…
Ya me conocéis, cuando algo me entusiasma me entusiasma mucho, cuando algo me parece un timo lo odio con el mismo nivel de entusiasmo. No tardé ni cinco minutos en darme de baja de esa mierda (no fuese a olvidarme y me vuelvan a cobrar otro mes, que es una suscripción, muy surrealista todo…) y en mandar un e-mail diciendo que si era una tomadura de pelo. Tardaron más de 24 horas en contestar que su kit era estupendo y que si no me gustaba que lo sentían mucho, pero que a mucha gente le servía de mucha ayuda porque baja modesto que sube Patricia… y que el dinero no me lo devolvían porque ya lo había descargado y me estaba aprovechando de tanta grandiosidad.
Una vergüenza total y absoluta, cuatro tablas matadas llenas de nada, cuatro plantillas de canva hechas en veinte segundos (donde lo tienes que adaptar todo a tu contenido, o sea, hacerlo desde cero… después de pagar 49€). Y unas supuestas ideas que también tienes que adaptar y trabajar en ellas y básicamente es lo mismo, hacerlo todo desde cero después de pagar 49 euros. Una vergüenza total y absoluta.
Para hacerlo desde cero ya lo hago yo sola y no necesito que nadie me estafe 49 euros. Así que lo de que no me devuelven el dinero porque me he bajado cuatro tablas llenas de nada, ya lo veremos.
Parece que algunos nos quedamos con todo el síndrome del impostor del que otros carecen. Porque a mí se me caería la cara de vergüenza de cobrar ese dinero por absolutamente nada, vamos, es que hasta se me caería la cara vergüenza por cobrar 10 veces menos.