¡Déjalo libre!
Ya tocaba una segunda ronda de limpieza de estantería, pero de limpieza de verdad, no solo de quitarme lecturas de encima. Y creo que no he acabado porque debería vaciar la estantería del todo y decidir que me quedo y que no de una forma mucho más drástica, porque cuando no tienes espacio no puedes permitirte el lujo de acumular libros que no piensas volver a leer a menos que sean muy, muy especiales. Quizá algún día pueda hacerlo (en youtube hay gente que me llama “niña rica”, a ver si se me pega), pero ahora no, ahora mis libros deben encontrar nuevos hogares.